jueves, 21 de septiembre de 2006

Mi propia Ley de Murphy


Una vez me dijeron ke cuando algo sale mal, siempre puede salir peor. Nunca lo creí hasta ahora.
A veces creo ke no he crecido, ke sigo siendo la misma niña inocente de 15 años ke se enlokece y persigue las cosas con los ojos iluminados, sin preocuparse de si puede alcanzarlas o no. Y ke cuando despierta del sueño, se siente la mas tonta del planeta. Así me siento ahora.
Cuando creí ke estaba todo bien, ke mi vida marchaba trankila, kerida, aceptada y alejada de los miedos, empiezo a cuestionarme si el mostrar lo ke realmente soy, el derribar los muros ke me rodeaban, el dejar ke los demas reconocieran en mi a un ser humano y no a una especie de super heroína ke siempre estaba bien, feliz y despreocupada de la vida, sirvió para algo.
Tras mis muros estaba bien, sin reconocer los sentimientos, las frustraciones y los miedo... y no sintiendo este dolor visceral, esta frustracion... esta pena...
Porke me la jugue como nunca... me tire de cabezas a la piscina... y pese a autoconvencerme de ke las cosas no iban a cambiar de como estaban... un par de horas me di permiso de soñar... de proyectar algo ke no tenia ni un 1% de posibilidad de resultar...
Y ahora no se con ké cara voy a poder mirar esa cara ke tanto me gusta otra vez... ni sikiera se si kiero volver a verla... pero es inevitable, este fin de semana tendré ke volver a verlo... sentado en el otro extremo de mi mesa... más lejano ke nunca...
Y cuando me pregunte por ké estoy tan callada, intentare una sonrisa y le dire ke estoy cansada... para ocultar la pena...

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